domingo, 26 de junio de 2011

A 9 años de la Masacre del Puente Pueyrredón

Desde el Cineclub Comunitario San Martín de los Andes, nos parece muy importante mantener la memoria viva. Trabajar para que todos los actos aberrantes sucedidos en nuestro país y en cualquier lugar del mundo no queden impunes.
A continuación la transcripción de un escrito realizado por un compañero de Darío Santillán que me pareció que estaba bueno para compartir.
"Este 26 de junio se cumplen 9 años de la llamada Masacre del Puente Pueyrredón y me pareció que era buena la oportunidad para decir una palabras sobre algunas continuidades de ciertos actores políticos y algunas otras impunidades.
Se ha escrito y dicho bastante sobre lo que significó este crimen político para la historia reciente de nuestro país, y no quiero abundar sobre eso ahora. Me parece que hoy, ante las próximas elecciones, es lamentablemente necesario destacar que los responsables políticos de la masacre, no sólo no han sido investigados por la justicia, si no que en estas elecciones son notorios candidatos. El caso de Duhalde, sin dudas, es el más emblemático e indignante, pero no es el único, ya que Carlos Soria, que era el jefe de la SIDE el 26 de junio de 2002, es candidato a gobernador de la provincia de Río Negro, pero no por el duhaldismo, sino por el Frente para la Victoria. Al escribir esto no se presentaron todas las candidaturas, por  lo que no sería raro que aparezcan otros en esta grilla.
 Otros personajes han sido responsables de aquella operación político policial,  que incluyó una primera demonización mediática de los piqueteros, con funcionarios asustando en la víspera sobre la negra jornada que se avecinaba y con las amenazas de hacer todo lo que fuera necesario para detener las protestas.
Y cómo no iban a haber protestas, si corría el año 2002, hoy usado en todas las mediciones y estadísticas para señalar el momento en el cual tocamos fondo, y llegamos al número “hambre”. Entre los más destacados, puedo nombrar al actual Jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, quien se desempeñaba como Ministro del Interior, a Alfredo Atanasof, quien por entonces era el Jefe de Gabinete, o al otrora Secretario de Seguridad de la Nación, Juan José Álvarez, quien hoy se desempeña como diputado nacional y es nuevamente parte del entramado oficialista.  En el juicio que se realizó por los crímenes del Puente Pueyrredón, sólo fue condenado el personal policial (recordarán a Fanchiotti), dejando absolutamente impunes a los responsables políticos, que desde diversos ámbitos del poder siguen sin rendir cuentas por sus responsabilidades. ¿O alguien puede creer que esta persona, por entonces comisario, que fuera recibido esa misma noche por el gobernador Solá, iba a salir a matar piqueteros así porque sí o preso de un ataque de locura?
Pero no es poca cosa destacar que tampoco los autores materiales cumplen su condena de manera del todo efectiva, ya que se comprobó que el máximo responsable material de las muertes y las heridas de bala, el por entonces comisario Alfredo Fanchiotti, no cumplía “normalmente” la pena impuesta de prisión perpetua, sino que salía ilegalmente de la cárcel en donde estaba detenido, en Olmos. Sí, aunque cueste creerlo, personal jerárquico Servicio Penitenciario Bonaerense de la Unidad 25, le permitía “salir a comer” los fines de semana, circunstancia que obviamente sucedía por ser él “ese tipo de detenido”, y por pertenecer a “esa” fuerza. Porque amigos y amigas, debo aclararles que “normalmente” los presos de las cárceles bonaerenses no salen a comer asados los fines de semana a las quintas de sus allegados. Los penitenciarios responsables de los divertimentos fueron echados del SPB, y fueron juzgados y condenados a penas leves de prisión en suspenso, pero el ex comisario no resultó penado por el falso testimonio en el que incurrió para favorecer a quienes, de tan gentiles, lo sacaban a pasear. Puede leerse la noticia de los paseos de Fanchiotti en: www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-99331-2008-02-21.html .
O sea, hoy tenemos que algunos de los responsables (los políticos) siguen en absoluta impunidad, ocupando cargos públicos u ofrecidos para la próxima jornada electoral, y que el máximo autor material, con “alguna que otra” flexibilidad en el cumplimiento de su condena.
Conocí a Darío Santillán en reuniones que se hacían cuando el terreno en el que hoy se asienta el local del MTD del Barrio La Fe, donde fue velado, aun estaba vacío. En esos momentos recién nos estábamos acercando, como militantes, al amplio proceso de las organizaciones piqueteras. Darío tenía unos cuantos años menos que varios de nosotros, (fue asesinado cuando tenía apenas 21 años, aunque parecía tener más) y sin embargo su experiencia, y la de sus compañeros y compañeras, era importantísima para nosotros, y necesitaba ser contada, para ser reproducida. Darío era un fiel representante de esa joven generación de militantes que habían abierto un camino con las organizaciones de desocupados, que en el Gran Buenos Aires iban ganando cada vez más en organización, masividad y profundidad de las reivindicaciones. En particular, su Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, constituía una “novedad” por su organización asamblearia y democrática. Sin duda, gracias a la acción transformadora de esta generación de la que hablo, se impulsaron cambios que fueron mucho más allá de aquellas calles de tierra de los barrios, por ejemplo, de Almirante Brown y Lanús, en donde militaba Darío. El momento de  asesinato, sucedido mientras socorría a un compañero herido, y mientras pedía que pararan de agredirlo, para poder atenderlo, lo pinta de cuerpo entero.
La última vez que lo vi personalmente, fue una vez que vino a La Plata para participar de unas charlas que se habían organizado en el centro de estudiantes secundarios del Liceo y en la Facultad de Agronomía. No recuerdo ahora la fecha exacta, pero fue por marzo de 2002. Eran días de muchas movilizaciones y eventos varios, por eso en algunos lugares, como los que nombraba, había entusiasmo por conocer más sobre aquel movimiento piquetero, tan demonizado y tan amplio como multiforme. Aquel día llovía muchísimo, y un desencuentro de esos que se producían antes, cuando no eran tan masivo el uso de celulares, hizo que Darío y otros tres compañeros llegaran tarde y empapados de pies a cabeza a la esquina en donde los estaba esperando, así que solo se pudo seguir con el periplo yendo a mi casa a buscar ropa seca para todos (que obviamente no coincidía con los tamaños y los “estilos” de todos).
Ese 26 de Junio, por lo tanto, fue  para todos nosotros un golpe muy duro, y posiblemente haya marcado el “fin de la inocencia” para toda una generación de militantes, que vio en la calle (o por la tele), cómo se planificó y ejecutó este crimen político. Y no solo fue una bisagra para nosotros como militantes, sino para la historia reciente de nuestro país. Darío y Maxi marcaron un límite, y significaron un condicionamiento a las acciones de los gobiernos que vendrían después. No por nada Eduardo Duhalde tuvo que adelantar las elecciones a las pocas horas.
Este 26 de Junio, sus compañeros y compañeras del Frente que lleva su nombre y de otras organizaciones (en donde sin dudas hay abnegadas y abnegados continuadores de las prácticas y anhelos de Darío y Maxi), estarán en el Puente Pueyrredón exigiendo justicia, pidiendo cárcel a los responsables políticos de la masacre, tratando de impedir que estas elecciones sirvan para echar lavandina sobre los prontuarios de los políticos que en pleno 2002 quisieron imponer su “orden” en la calle, después de llevar al país a una de sus mayores crisis económicas, que como siempre sucede, caía mucho más fuertemente sobre los barrios que se organizaban y movilizaban para afrontar la miseria.
A poco de asumir Néstor Kirchner, convocó al MTD Aníbal Verón a la Casa Rosada. La reunión significó una foto en la tapa del diario Clarín. Allí, el por entonces presidente anunció la creación de una comisión investigadora independiente... que todavía estamos esperando. La foto de tapa de Clarín y la ruptura con el Duhaldismo (pero no con todos sus personeros, que como vimos fueron reciclándose) no alcanzaron para que cumpla su promesa, que no fue hecha por casualidad, ya que era totalmente razonable que no quedara en manos de la justicia ordinaria semejante investigación, que afectaba tantos intereses y personajes.
Eso explica por qué para tantos y tantas es muy difícil sentirse cerca de un proceso político como el encabezado por los Kirchner, cuando las promesas de investigación y renovación fueron reemplazadas por continuidades preocupantes de algunos nombres, aunque algunos de ellos, luego (no hace tanto) hayan tomado otros rumbos. Eso no implica desconocer los notorios avances en algunas materias, como en derechos humanos, en particular el juzgamiento del genocidio, o el alineamiento regional, que entre otras cosas, sí marcan un cambio con los gobiernos anteriores, sean del mismo Partido Justicialista o no. Esta no es una aclaración sin razón, porque muchas veces pareciera que para cuestionar algunas continuidades haya que aclarar qué cosas se hicieron bien, así que, ahí fueron algunos ejemplos.
Sin dudas, los 26 de Junio nos recuerdan aun más la necesidad de construir una fuerza política cuyos gobernadores, intendentes, ministros y etcéteras, no hayan estado comprometidos con estos asesinatos y con el crimen del hambre que mató a tantos miles, que implicó aplicar el más crudo neoliberalismo en la Argentina.
A nueve años, Darío y Maxi, siguen cortando rutas y abriendo caminos".
Aníbal Hnatiuk
DARIO Y MAXI NO ESTAN SOLOS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario